Odio tener que
asumirlo, pero sospecho que Nietzsche tenía razón también en las cuestiones del
Estado.
“El gran invento
del hombre civilizado”, y al que el prusiano se refirió como
“monstruo frío”
o “el perro humeante” fue objeto de algunas de sus críticas más desgarradas,
polémicas en todo caso. Argumentaba su
repulsa hacia este ente abstracto en las malas prácticas que observaba del llamado estado democrático moderno, un
instrumento con el que a juicio del padre de Zaratustra, se vulgariza a los seres humanos, ya que éstos se ven obligados a entregar su
voluntad a los llamados como hombres de Estado, sobre los que eleva a la
condición de “sacrosantos”, siendo el común de los mortales un gota en el océano
en aquello de tomar decisiones que les afectan.
Este acto
perverso se ampara en el ejercicio de lo que él llamó como el “oscurecimiento
de las masas” (el atontamiento masivo, vaya), fundamentado en una grave crisis
cultural derivada de una educación deficiente dirigida por el propio Estado
(que se protege a si mismo de esta manera), y que precisamente se centra en ensalzar esos mismos “valores democráticos”
(aprendemos a votar y a delegar en otros, y eso es bueno por naturaleza).
Igualmente,
ataca la actitud déspota y desproporcionada “del gran leviatán” a partir del abrazo que éste da a los
principios religiosos, de cuya ética
y moral se vale para subsistir y hacer
valer sus principios. Aunque sea desde un contexto diferente al del Estado
arcaico, a los ojos de Nietzsche, el Estado moderno sigue teniendo una actitud
de paternalismo con la religión (no le
interesa que desaparezca), quien a su vez también precisa de la existencia del
propio Estado. Ambos coexisten, ambos se
benefician de las virtudes del orden armónico de la sociedad estructurada que
los dos preconizan, se hacen fuertes el uno al otro.
Luego está el
asunto jurídico, arma de doble filo con el que el Estado hace valer sus propios
intereses a golpe de imposición, desvirtuando cualquier tipo de interés
individual de
cada uno de sus ciudadanos.
A mi me suena de algo este tipo de reflexiones... en fin, luego preguntarán el por qué existe el Nihilismo….
A mi me suena de algo este tipo de reflexiones... en fin, luego preguntarán el por qué existe el Nihilismo….
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