En mi poco tiempo libre sigo experimentando en las cuestiones de la escritura. No sé por qué pero se me vino a la cabeza esto......A ver que os parece......
Antifábula “Fuego en el cuerpo”
Mi historia podría dar para muchas páginas pero voy a
intentar breve.
Nací hace muchos años en la cuna de una familia honorable. Mi
infancia fue dulce entre mimos y
protecciones. De hecho mis recuerdos de aquella época los asocio al olor de los
aceites esenciales con los que me agraciaban las manos sublimes que me dieran
la vida hace ya casi un siglo.
Pero todo tiene un principio y un final y el mío para
este período surgió con el despertar de un deseo desenfrenado de desinhibición
absoluta, de liberación orgásmica, de frenesí hormonal que me ha acompañado
desde entonces durante toda mi vida.
En el momento en el que aquel ser despreciable se
abalanzara sobre mí y entre caricias me
dijese que me deseaba con todas sus fuerzas mi niñez desapareció para no
volver. A partir de ahí ya no supe hacer otra cosa que servir fielmente a aquel
al que yo pertenecía, porque mis relaciones fueron desde muy al principio de
total entrega y sumisión. Realmente no sé si he llegado a disfrutar de ello
pero pareciera que ese ha sido mi cometido, mi único objetivo en este mundo.
Como un objeto preciado para generar placer he pasado
por tantas manos que ni recuerdo el número, aunque en todos los casos iban
buscando en mí la manera de hacer realidad sus deseos más oscuros, a lo que yo
me entregaba sin rechistar. Sentir las yemas de los dedos de la gente en mi
cuerpo frío me producía una explosión
interior de gozo hiriente, de tal forma que a todo aquel que estuviese cerca de
nosotros (a mi amante de turno le gustaba compartir nuestros momentos íntimos)
le generaba efluvios encarnados. Esto
mismo le hacía disfrutar sobremanera al que yo pertenecía. Lo veía en sus ojos,
aquel brillo que denotaba sadismo le delataba.
Fui feliz durante un tiempo con esta clase de vida
hasta que me enamoré perdidamente de la última persona que ha entrado en mi
vida hasta la fecha. Ese ha sido mi error. No sé si por el hecho de ser
totalmente diferente al resto: un ser solitario que me ocultaba de entre sus
amistades. Quizás la dulzura con la que me acariciaba y me decía que estaríamos
juntos hasta el final o el hecho de no lograr nunca llegar a intimar por
completo, lo que era algo totalmente nuevo pero mi. Todo ello estaba haciendo
que en mi interior naciese un sentimiento extraño, posiblemente amor aunque
nunca lo sabré porque me ha dejado para siempre y no podré comprobarlo.
Anoche le dio un arrebato de ira y abusó de mí como
nunca antes lo había hecho, comportándose así como todos los anteriores con la
salvedad de que en este caso su egoísmo le impidió hacer partícipe a terceros
de nuestro encuentro. Tanto frenesí fue demasiado para él y cayó rendido sobre
el suelo del cuarto, y yo entre sus manos.
Juro no volver a enamorarme, tan vacía me siento en
estos momentos, aunque probablemente mi naturaleza me impida rendirme ante
otros encantos amatorios, estoy completamente segura.
Nota: Estas en lo cierto lector, en esta antifábula habla ella...sí la pístola....
No hay comentarios:
Publicar un comentario