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lunes, 2 de septiembre de 2013

"La Gran Búsqueda" (Editorial Debate): Crítica de un libro más que interesante











Por fin acabé el libro de la Nasar, “la gran búsqueda” se llama y resulta ser un ensayo muy logrado sobre la historia del pensamiento económico.
Es muy recomendable para aquellos (como es mi caso) les abruma lo que estamos viviendo  y quieran encontrar algo de raciocinio en las medidas políticas que se están tomando y que tienen su base en cuestiones económicas.
Mi decepción está en que sigo sin encontrar algo de cordura en todo lo que nos pasa sobre todo teniendo en cuenta el propio concepto de lo que es Economía, una herramienta hecha por el hombre para ayudarle a mejorarse a si mismo, a pesar de que tal y como argumenta la escritora el panorama actual es mucho mejor que el que se atisbaba en tiempos de Malthus (SXVIII-XIX), en dónde se decía que nueve de cada diez ciudadanos estaban condenados a la pobreza por razones naturales.
No obstante esto sigue siendo insuficiente y coincido plenamente con Nasar a la hora de entender que continúa la gran búsqueda en la que el hombre pueda tomar las riendas de su destino desde la Economía.

En cuanto a la crítica del libro, aunque el relato (porque ese es el sistema elegido por la escritora para ir desglosando los hechos y acontecimientos que va narrando) pudiera parecer algo caótico a veces, la verdad es que reflexionando un poco se da uno cuenta que está bien escrito ya que engancha y sumerge al que lo lee y salvo algún que otro capítulo algo árido para los que estamos alejados de ese mundo, la verdad es que se entiende muy bien aunque hay que tener muy claro la perspectiva de la que escribe que obviamente es del todo yanqui, lo que a mi juicio justifica  su versión banal de la crisis y la recesión actual. Aquí en Europa las cosas las vemos de otra manera.

Para mi es uno de esos libros que parece haberme condicionado incluso hasta mis propios ideales, aunque realmente no sé por qué pero los últimos libros que han pasado por mi mano les asigno esta etiqueta.

No obstante paso a mencionar a algunas de las conclusiones más relevantes que he extraído de la lectura:

-Me ha ayudado a conocer la obra de algunas figuras ilustres de los que venía oyendo de su trabajo en los medios: Marshall, Hayek, Smith, Friedman, Keynes….Gracias a ello he eliminado malos estereotipos que tenía de alguno de ellos derivados de la falta de conocimiento.

-Me he reafirmado mis ideas sobre la demagogia de la clase política actual y de muchos medios de comunicación. Un ejemplo muy gráfico: quién no ha oído frases como “Llevar la economía de un país es como llevar la economía de casa: no se puede gastar más de lo que uno ingresa”. Esto que se lo digan a Keynes y a todos sus seguidores. Además, lo distante que están muchos de “estos servidores públicos” de los principios ideológicos que dicen tener justificación en la base de sus políticas. Otro ejemplo: No hay nada más torpemente antiliberal que desmontar el estado del bienestar en dónde la educación y el sistema nacional de salud son básicos. De esto ya hablaban hace un par de siglos Alfred Marshall y la propia Beatrice Webb quienes supieron entender que la riqueza de un país pasa por salvaguardar estos principios.

-Aunque se nos diga que vivimos en un  mundo libre próximo a un utópico modelo liberal, la realidad es que el viejo continente se parece más a los estados autoritarios del siglo pasado. Ese principio que acuñó Schumpeter de que cada país debe ser dueño de su propio destino parece que se ha esfumado del pensamiento de los que dominan Europa.  De hecho podríamos hablar realmente de Anschuluss económico por la autoritaria mano de hierro del poder teutón sobre los países de la unión. Es curioso como lo que Hitler no fue capaz de hacer pareciera que la Alemania democrática sí que lo está consiguiendo: Nos están haciendo pagar nuestras deudas (nunca mejor dicho) como ellos tuvieron que hacer tras la primera guerra mundial y que quedaron plasmados en el tratado de Versalles. Keynes (siempre presente) ya dijo que dichos acuerdos traerían muchos problemas y no se confundió. El radicalismo se expandió de forma notable y el resto es historia.


-La afirmación de lo lejos que estamos aquí en Extremadura de “la prosperidad y la opulencia”. Una buena parte de los economistas más destacados incluyendo a Keynes o al propio Schumpeter achacan el éxito económico no a la posesión de recursos sino al saber que hacer con ellos. Se me viene a la cabeza algún caso cercano que es un buen (o malo) ejemplo de esta afirmación. Buena parte de responsabilidad de este hecho deriva de la falta de consciencia en aspectos como la competencia y de esto gran parte de culpa tienen los gobernantes.

-Lo curiosa manera de entender la economía desde los planteamientos de la ciencias biológicas. Resulta que alguno de los autores que estudié en tiempos eran economistas también: El caso de Maltus, Spencer o el propio Darwing cuya teoría evolucionista sigue muy vigente. Realmente si se hace un análisis profundamente reduccionista es hasta comprensible porque de lo que se trata es la distribución de recursos entre individuos de la misma especie. Esto por otro lado puede hacernos dudar de nuestra consideración de especie dominante ya que al fin y al cabo nos comportamos como el resto del mundo vivo.   

- Los eventos derivados del funcionamiento del propio sistema capitalista sigue siendo a día de hoy imprevisibles a pesar de que se intente modificar este hecho. Si no que se lo pregunten al FMI.

-Me ha permitido incorporar las aportaciones a algunos autores en el desarrollo de mis clases sobre todo en campos como el estado del bienestar y los Sistemas Nacionales de Salud.

-Creo haber crecido ideológicamente hablando ya que este libro me ha permitido confirmar mis sospechas de que no exista un modelo ideológico que se ajuste realmente a mi manera de pensar. Creo en el individuo y sus potenciales, en sus libertades y sus derechos por encima de todo. Según esta premisa debería considerarme liberal pero con unos matices muy particulares que no se ajustan del todo al pragmatismo actual.
El conocer aunque sea someramente como funciona la conducta humana y cuáles son sus condicionantes me hacen pensar que un  mundo en el que el individuo se gobierne a si mismo de manera autónoma sin que  ese gobierno afecten y dañen las libertades del prójimo para mi es tan utópico como el hecho de considerar un estado autoritario que vele por las libertades de sus ciudadanos. Es necesario un control estatal que marque las normas del juego. Este pensamiento lo argumento desde el funcionamiento de un organismo superior como puede ser el Homo sapiens, lo cuál no debe ser considerado como descabellado a tenor de la relación estrecha que hay entre economía y biología. Cualquier ente complejo superior compuesto por células que se organizan en tejidos y estos a su vez en órganos y aparatos, cuyo conjunto dan lugar a un Ente vivo precisa de un sistema nervioso y endocrino que gobierne al conjunto sin que se vea dañada e infravalorada ninguna de las células que constituyen la materia viva. Ese debe ser justamente el papel del Estado y por tanto su labor es del todo necesaria.
El problema en cuánto a los fallos y errores derivado del mal gobierno a mi juicio reside en los malos gobernantes, minorías que toman decisiones por el resto sin consciencia de la responsabilidad que tienen en muchas ocasiones resultado de su mala formación o simplemente de su mala conducta. El poder corrompe y para evitar esto debería ser necesario una regeneración constante de los gobernantes, además de un verdadero sistema democrático de elección dónde se elija a la persona y no a las siglas. Lo más cercano en los modelos actuales es el sistema de listas abiertas aunque seguro que se puede profundizar más en la búsqueda de un modelo de estado mucho más liberal.

Nunca un libro dio para tanto….. o sí?

    

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