Por fin acabé el
libro de la Nasar, “la gran búsqueda” se llama y resulta ser un ensayo muy
logrado sobre la historia del pensamiento económico.
Es muy
recomendable para aquellos (como es mi caso) les abruma lo que estamos
viviendo y quieran encontrar algo de
raciocinio en las medidas políticas que se están tomando y que tienen su base
en cuestiones económicas.
Mi decepción
está en que sigo sin encontrar algo de cordura en todo lo que nos pasa sobre
todo teniendo en cuenta el propio concepto de lo que es Economía, una
herramienta hecha por el hombre para ayudarle a mejorarse a si mismo, a pesar
de que tal y como argumenta la escritora el panorama actual es mucho mejor que
el que se atisbaba en tiempos de Malthus (SXVIII-XIX), en dónde se decía que
nueve de cada diez ciudadanos estaban condenados a la pobreza por razones
naturales.
No obstante esto
sigue siendo insuficiente y coincido plenamente con Nasar a la hora de entender
que continúa la gran búsqueda en la que el hombre pueda tomar las riendas de su
destino desde la Economía.
En cuanto a la
crítica del libro, aunque el relato (porque ese es el sistema elegido por la
escritora para ir desglosando los hechos y acontecimientos que va narrando)
pudiera parecer algo caótico a veces, la verdad es que reflexionando un poco se
da uno cuenta que está bien escrito ya que engancha y sumerge al que lo lee y
salvo algún que otro capítulo algo árido para los que estamos alejados de ese
mundo, la verdad es que se entiende muy bien aunque hay que tener muy claro la
perspectiva de la que escribe que obviamente es del todo yanqui, lo que a mi
juicio justifica su versión banal de la
crisis y la recesión actual. Aquí en Europa las cosas las vemos de otra manera.
Para mi es uno
de esos libros que parece haberme condicionado incluso hasta mis propios
ideales, aunque realmente no sé por qué pero los últimos libros que han pasado
por mi mano les asigno esta etiqueta.
No obstante paso
a mencionar a algunas de las conclusiones más relevantes que he extraído de la
lectura:
-Me ha ayudado a
conocer la obra de algunas figuras ilustres de los que venía oyendo de su
trabajo en los medios: Marshall, Hayek, Smith, Friedman, Keynes….Gracias a ello
he eliminado malos estereotipos que tenía de alguno de ellos derivados de la
falta de conocimiento.
-Me he
reafirmado mis ideas sobre la demagogia de la clase política actual y de muchos
medios de comunicación. Un ejemplo muy gráfico: quién no ha oído frases como “Llevar
la economía de un país es como llevar la economía de casa: no se puede gastar
más de lo que uno ingresa”. Esto que se lo digan a Keynes y a todos sus
seguidores. Además, lo distante que están muchos de “estos servidores públicos”
de los principios ideológicos que dicen tener justificación en la base de sus
políticas. Otro ejemplo: No hay nada más torpemente antiliberal que desmontar
el estado del bienestar en dónde la educación y el sistema nacional de salud
son básicos. De esto ya hablaban hace un par de siglos Alfred Marshall y la
propia Beatrice Webb quienes supieron entender que la riqueza de un país pasa
por salvaguardar estos principios.
-Aunque se nos
diga que vivimos en un mundo libre
próximo a un utópico modelo liberal, la realidad es que el viejo continente se
parece más a los estados autoritarios del siglo pasado. Ese principio que acuñó
Schumpeter de que cada país debe ser dueño de su propio destino parece que se
ha esfumado del pensamiento de los que dominan Europa. De hecho podríamos hablar realmente de Anschuluss económico por la autoritaria
mano de hierro del poder teutón sobre los países de la unión. Es curioso como
lo que Hitler no fue capaz de hacer pareciera que la Alemania democrática sí
que lo está consiguiendo: Nos están haciendo pagar nuestras deudas (nunca mejor
dicho) como ellos tuvieron que hacer tras la primera guerra mundial y que
quedaron plasmados en el tratado de Versalles. Keynes (siempre presente) ya
dijo que dichos acuerdos traerían muchos problemas y no se confundió. El
radicalismo se expandió de forma notable y el resto es historia.
-La afirmación
de lo lejos que estamos aquí en Extremadura de “la prosperidad y la opulencia”.
Una buena parte de los economistas más destacados incluyendo a Keynes o al
propio Schumpeter achacan el éxito económico no a la posesión de recursos sino
al saber que hacer con ellos. Se me viene a la cabeza algún caso cercano que es
un buen (o malo) ejemplo de esta afirmación. Buena parte de responsabilidad de
este hecho deriva de la falta de consciencia en aspectos como la competencia y
de esto gran parte de culpa tienen los gobernantes.
-Lo curiosa
manera de entender la economía desde los planteamientos de la ciencias
biológicas. Resulta que alguno de los autores que estudié en tiempos eran
economistas también: El caso de Maltus, Spencer o el propio Darwing cuya teoría
evolucionista sigue muy vigente. Realmente si se hace un análisis profundamente
reduccionista es hasta comprensible porque de lo que se trata es la
distribución de recursos entre individuos de la misma especie. Esto por otro
lado puede hacernos dudar de nuestra consideración de especie dominante ya que
al fin y al cabo nos comportamos como el resto del mundo vivo.
- Los eventos
derivados del funcionamiento del propio sistema capitalista sigue siendo a día
de hoy imprevisibles a pesar de que se intente modificar este hecho. Si no que
se lo pregunten al FMI.
-Me ha permitido
incorporar las aportaciones a algunos autores en el desarrollo de mis clases
sobre todo en campos como el estado del bienestar y los Sistemas Nacionales de
Salud.
-Creo haber
crecido ideológicamente hablando ya que este libro me ha permitido confirmar
mis sospechas de que no exista un modelo ideológico que se ajuste realmente a
mi manera de pensar. Creo en el individuo y sus potenciales, en sus libertades
y sus derechos por encima de todo. Según esta premisa debería considerarme
liberal pero con unos matices muy particulares que no se ajustan del todo al
pragmatismo actual.
El conocer
aunque sea someramente como funciona la conducta humana y cuáles son sus
condicionantes me hacen pensar que un
mundo en el que el individuo se gobierne a si mismo de manera autónoma
sin que ese gobierno afecten y dañen las
libertades del prójimo para mi es tan utópico como el hecho de considerar un
estado autoritario que vele por las libertades de sus ciudadanos. Es necesario
un control estatal que marque las normas del juego. Este pensamiento lo
argumento desde el funcionamiento de un organismo superior como puede ser el
Homo sapiens, lo cuál no debe ser considerado como descabellado a tenor de la
relación estrecha que hay entre economía y biología. Cualquier ente complejo
superior compuesto por células que se organizan en tejidos y estos a su vez en
órganos y aparatos, cuyo conjunto dan lugar a un Ente vivo precisa de un
sistema nervioso y endocrino que gobierne al conjunto sin que se vea dañada e
infravalorada ninguna de las células que constituyen la materia viva. Ese debe
ser justamente el papel del Estado y por tanto su labor es del todo necesaria.
El problema en
cuánto a los fallos y errores derivado del mal gobierno a mi juicio reside en
los malos gobernantes, minorías que toman decisiones por el resto sin
consciencia de la responsabilidad que tienen en muchas ocasiones resultado de
su mala formación o simplemente de su mala conducta. El poder corrompe y para
evitar esto debería ser necesario una regeneración constante de los
gobernantes, además de un verdadero sistema democrático de elección dónde se
elija a la persona y no a las siglas. Lo más cercano en los modelos actuales es
el sistema de listas abiertas aunque seguro que se puede profundizar más en la
búsqueda de un modelo de estado mucho más liberal.
Nunca un libro
dio para tanto….. o sí?
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