Sobre el “Efecto distrito” y “la economía social”.

Explicar las virtudes que tiene una organización "distrital" típica de las unidades económicas que se se conocen como distritos es algo que requiere de un fuerte carácter pedagógico.

  

Una de las cosas que se deben explicar bien para que el ciudadano del distrito adquiera conciencia de pertenencia a ese “ente” al que nos referimos  como tal, y por tanto, su contribución al mismo le permita dar ese plus necesario para que el mismo sea viable, son los conceptos de “Economía social" y “efecto distrito”.

Voy a utilizar un ejemplo real que recientemente me ha pasado en el aula para explicarlo.

Hace un par de semanas, comprometí a uno de mis grupos de alumnos de cara a preparar una ponencia en el Instituto durante la semana cultural. El tema en principio se las traía "Análisis de la Primera Guerra Mundial desde la pespectiva sanitaria", además siendo los alumnos estudiantes del ciclo formativo de prótesis dental, lo que sin duda se antojaba todo un reto.

La forma de proceder en cuanto a la organización del trabajo fue muy simple: dividí los capítulos a tratar en diferentes grupos de trabajo, los cuales se dedicaron a realizar una ardua labor de análisis documental y de síntesis de los aspectos más relevantes, que me entregaron en los plazos fijados.  Dentro de cada grupo, unos se dedicaron a las búsquedas de las fuentes bibliográficas, otros redactaron los textos e incluso algunos de los miembros de la clase se prepararon parte de la ponencia.

Después me toco a mí un trabajo laborioso de enlazar todas sus aportaciones, usando para ello un hilo argumental coherente, además de incorporar mis propios datos, y de preparar a los ponentes en sus exposiciones.

Tuve que recurrir a una estrategia recurrente, la de considerar sus trabajos como evaluables, con un plus positivo en lo que supondría hacer una aportación decente, y una consideración negativa si lo que me presentasen fuese mediocre.

Además de este incentivo personal, emplee para ello otra fuerza adicional más poderoso aún de cara a conseguir el  compromiso de todos: el hecho de que el trabajo de cada grupo afectaba a todos, de tal forma que si uno fallaba, todos nos veíamos afectados. Realmente considero que fue ese sentido de la responsabilidad el que sirvió para motivarlos definitivamente.

El resultado final, creo que fue más que digno: un reconocimiento pleno por parte de la comunidad educativa los días de las dos exposiciones públicas que hicimos.

Esta experiencia que planteo es todo un ejercicio de “Economía social” y de como conseguimos el tan ansiado “efecto distrito”.

Para ello, organicé una red de colaboraciones entre los grupos basada en la interdependencia, con una serie de incentivos que fueron la evaluación individual de la contribución de cada uno de los alumnos al trabajo conjunto, así como “el despertar” de un sentido de responsabilidad en cada uno de ellos puesto que las aportaciones de cada grupo afectaban  al conjunto de la clase. Los resultados obtenidos de esta manera fueron mejores que si hubiera dividido tareas independientes. Ese es el efecto distrito, aunque a una escala económica  los alumnos, grupos de trabajo, profesor, tareas, calificaciones, etc pasan a llamarse microempresas, administración, especialización productiva o ventas/incentivos.